Me hace ilusión colgar una receta hecha por mi madre. Ni que decir tiene que es una cocinera de lujo y que llevo una vida disfrutando de las comidas ricas que prepara.
Por mi cumpleaños ella y mi abuela han preparado cosas maravillosas que os voy a ir contando poco a poco, empezando por esta salsa de piña que crea adicción. Os cuento los INGREDIENTES:
1 cebolla grande,
1 chorro de vino blanco,
unas gotas de cognac,
aceite de oliva,
2 cucharadas grandes de mermelada de piña (la suya sin azúcar).
PREPARACIÓN:
Picar la cebolla sin preocuparse del tamaño de los trozos porque luego serán triturados, se pocha en una sartén con aceite de oliva. Una vez doradita se añaden las cucharadas de mermelada y se remueve mientras se diluye un poco con el calor.
A la cebolla y la piña se le echa el vino blanco (del tipo que queráis) y el cognac, se esperan unos minutos a que reduzcan y el alcohol se haya evaporado. Hay que triturar todo bien con la batidora y servirlo como salsa para cualquier tipo de carne o incluso verduras. Si os pasa como a nosotros y no encontráis la salsera ni debajo del sofá, podéis servirla en una taza bonita ;)
Mi madre la ha utilizado como acompañamiento de una carne mechada increíble de la que daré la receta cuando consiga bajo tortura que me la dé :) En conjunto ha sido un plato fantástico, ¡era difícilísimo dejar de mojar en la salsa! Tuve que arrancar la taza de las manos de mi prima para poder hacerle las fotos, jajaja.
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