lunes, 28 de febrero de 2011

Pastela marroquí de pollo

Nos encanta la comida marroquí. Stop. Hace tiempo que no vamos al restaurante marroquí que nos gusta. Stop. La pastela es el plato estrella. Stop. Nos chupamos los dedos siempre que la comemos. Stop. Encontramos una receta que parece fácil. Stop. Nos proponemos hacerla a nuestro modo. Stop. Pasamos el resultado. Stop.

INGREDIENTES para 4 personas:
1 pollo asado
1 paquete de pasta filo
2 cebollas
50 gr. de mantequilla
1/2 cucharada de canela molida
canela en rama
1/2 cucharada de perejil
1/2 pastilla de Avecrem
pimienta
50 gr. de azúcar glas
2 huevos
50 gr. de almendras

PREPARACIÓN:
La receta original partía de pollo crudo pero nosotros teníamos un pollo entero en el frigorífico que teníamos que consumir porque caducaba pronto, así que lo hemos hecho al horno y así lo hemos unido al resto de ingredientes. Hemos tenido que luchar contra los estímulos olfativos y contra nuestra hambre para no tirarnos encima del pollo que nos miraba todo doradito... si es que así sin nada ya nos gusta.


Hemos deshuesado y troceado el pollo mientras las cebollas se pochaban con la mantequilla; lo hemos echado en la sartén junto a la canela molida, el Avecrem deshecho y la pimienta. Con un poco de agua lo hemos dejado hervir unos minutos para que los sabores se unan.
Después se adjunta el perejil, la canela en rama y el azúcar glas, dejando de nuevo a fuego lento otro pocos minutos. No nos gusta el pollo seco por eso no lo hervimos mucho, ha salido muy jugoso del horno y queremos aprovecharlo así. Apagamos el fuego.
Ahora sacamos la rama de canela y ponemos los dos huevos a medio batir que se harán con el calor residual, girando un poco toda la mezcla. Por último ponemos las almendras bien machacadas.


Mientras se enfría vamos preparando la pasta filo: derretimos un poco de mantequilla y, una a una, vamos disponiendo las hojas en forma de abanico, humedeciéndolas con la mantequilla y dejando que cuelgue una parte por fuera del molde. Nuestro paquete no estaba entero porque hace días hicimos triángulos rellenos (ya pondremos la receta) así que hemos colocado unas 7 hojas en el fondo y 3 han hecho de tapadera. En el blog de Pepekitchen encontraréis un video en el que se explica este paso con claridad.


Ya podemos colocar dentro la carne de pollo aderezada, no vale comerse la mezcla antes de que llegue al molde, está estupenda tal cual pero hay que aguantar! :)


Vamos cerrando las hojas en orden, empezando por la última que colocamos antes, humedeciéndolas de nuevo con la mantequilla derretida. Intentamos que quede con una forma redondeada, esperamos haberlo conseguido. Cuando esté cerrada la pintamos con una yema de huevo batida para que "se ponga rubia" como dice mi suegra.


Al horno! En 10 minutos a 180º estará lista, al término de este tiempo le dimos la vuelta como si fuera una tortilla y, ya fuera del molde, la volvimos a meter en el horno encendiendo sólo la resistencia baja esta vez directamente sobre la rejilla, bueno colocándole debajo papel vegetal para que no se quedara pegada. Queríamos que quedara crujiente también por abajo!!!
Sólo queda entonces ponerla bien bonita de azúcar glas y de canela molida espolvoreadas y a comer, que nos ha costado un trabajo aguantar hasta el final...


Los ingredientes son para 4 personas, nosotros sólo somos dos pero nos hemos dicho ¡al toro! Y casi no ha sobrado nada, eh? Jijijiji. Es que ha quedado extraordinaria, de verdad, como si hubiéramos nacido en la misma Marrakech vamos.


Ñam, ñam...

domingo, 27 de febrero de 2011

Cupcakes frutas del bosque

¡Por fin! Después de buscar varios días en distintos supermercados sin suerte ayer conseguimos una bolsa de frutos rojos congelados gracias a mi tía. Arándanos, frambuesas, moras, grosellas... yuhu! Tenía tantas ganas de usarlas que, aunque llegamos tardísimo a casa, no pude evitar ponerme a hacer unos cupcakes de vainilla rellenos de estas estupendas frutas del bosque.
Como no teníamos mucho tiempo utilizamos una receta básica de muffins de vainilla poniendo entre la masa las frutas descongeladas enteras, sin triturar. También hicimos algunas sin fruta, así había para todos los gustos!

INGREDIENTES para 6 cupcakes grandes:
150 gr. de harina,
115 gr. de leche,
50 gr. de azúcar,
10 gr. de azúcar vainillado,
25 gr. de aceite,
medio sobre de levadura,
1 cucharadita de esencia de vainilla,
1 huevo,
frutos rojos.

PREPARACIÓN:
Como siempre empezamos precalentando el horno, esta vez a 175º, y preparando las cápsulas, anoche las eligió Tano. Las blancas y rojas de Ikea, así iban a juego con el color de la fruta, y de lunares negros para las de vainilla.
En un cuenco mezclamos todos los ingredientes secos: la harina, los azúcares, la levadura y la vainilla. En otro los húmedos: el aceite, la leche y el huevo, los batimos bien y los unimos a los secos. Con la lengua de silicona damos unas vueltas a la masa sin preocuparnos de los grumos, en el horno los ingredientes se unificarán.
Para las de vainilla sólo tenemos que rellenar las cápsulas en su 3/4 partes y para las otras vamos colocando una cucharada generosa de masa en la base, después un puñadito de frutos rojos y después otra cucharada de masa. Para algunos este paso es más cómodo hacerlo con manga pastelera pero yo siempre he preferido hacerlo a cuchara, cada cuál con su truquillo.


Ya están listas para el horno, encima de la masa he puesto unos cuantos frutos más, no he podido aguantarme! :) Meterlas unos 20 ó 25 minutos.


Crecen, crecen y crecen... eso nos gusta mucho de esta receta.


En 22 minutos las nuestras ya estaban hechas y con un olor a vainilla por toda la casa que... daban ganas de comérselas todas. Para que se enfríen bien las hemos sacado de los moldes y las hemos colocado sobre una rejilla alta.


Y para decorar esta vez hemos hecho una trampita, ejem. Eran las 11 de la noche, estábamos muy cansados, no nos quedaban energías para montar nata ni para hacer una buttercream así que nos asomamos a la despensa y...bien! Tenemos un bote de frosting de vainilla ya preparado y listo para usar directamente en la manga por gentileza de Betty Crocker. Lo compré por Internet hace tiempo y no lo había utilizado aún, la verdad es que siempre preferimos hacer nosotros el frosting. Ayer era el día perfecto para probarlo y así quedaron nuestros cupcakes con cuerpo de muffin:


Está rico pero quizás demasiado dulce para nuestro gusto, el sabor a vainilla es potente y en ese sentido sí que nos gustó y con el sabor de los cupcakes de ayer iba muy bien. ¡Acertamos! Y el sabor dulce de la vainilla con el contraste ácido de las frutitas está más que bueno. Os enseñamos una de cada:



Mmmmmmmmmmmm.... gracias tata!

"Tú me das algo..."

Hace mucho tiempo íbamos en el coche y escuchamos en la radio una canción que nos gustó, cuando nos bajamos yo la fui tarareando después todo el día. Se me pegó y ya no pude separarme de la musiquilla pero no sabíamos ni cómo se llamaba ni quién la cantaba. La fui persiguiendo en los distintos diales de radio pero hasta pasado un tiempo no conseguí escucharla de nuevo.
Ahora es una de mis canciones preferidas y siempre la escucho cuando quiero estar tranquila, me encanta la voz del cantante y la forma en que lo hace, me declaro absoluta fan de James Morrison y sobre todo de su "You give me something" ("Tú me das algo"). Además suele ser mi banda sonora siempre que horneo cupcakes, será que me inspira! :)
Más tarde he ido averiguando datos de su biografía y algunas cosas de su vida han llegado a enternecerme: nacido en 1984 en Inglaterra (Rugby) en familia muy humilde, abandonado por su padre salió adelante junto a sus hermanos por el gran sacrificio de su madre, tuvo una adolescencia muy conflictiva hasta que empezó a cantar por las calles donde fue descubierto por un cazatalentos. En 2006 sale a la luz su primer disco compuesto por él y en tan sólo un año es elegido "Mejor solista británico" en los Premios Brits, coincidiendo con el embarazo de su novia de toda la vida. Ha vendido millones de discos en el mundo y el último, editado este año, ya es súperventas.
Os dejo el enlace de una de nuestras canciones favoritas, disfrutadla:

http://www.youtube.com/watch?v=UZp6dhheriM&feature=channel

viernes, 25 de febrero de 2011

La casa del almendro

Lo plantamos cuando nos casamos así que lleva con nosotros dos años, llegó y era una vara pelada, sin hojas, ni flores, ni almendras ni ná. ¡Y mirad cómo está ahora!


¿A que está precioso? Agradecido al sol que ya empezamos todos a disfrutar está floreciendo, cada día le salen brotes y flores nuevas. Cuando volvemos a casa lo vemos en la puerta, tan bonito, no podemos evitar mirarlo unos instantes antes de entrar. Ayer llegué, fui para la puerta, saqué la llave, lo miré y pensé: "estás muy bonito pero... ¿dónde están las almendras?" :)
Para que además de nuestros ojos disfruten de él nuestras papilas gustativas tendremos que esperar, no importa.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Cupcakes de leche condensada y chocolate blanco

Estos cupcakes son un acierto seguro, tienen un sabor dulce pero no empalagoso, son secas pero no demasiado, son esponjosas pero no "son de aire". Hoy formaban parte de un pedido especial y por eso he probado una decoración distinta, me he arriesgado a colorear la nata y tachán! Así han quedado:


Para seis cupcakes, INGREDIENTES:
200 gr. de leche condensada
2 huevos
25 gr. de mantequilla
30 gr. de chocolate blanco
60 gr. de harina
medio sobre de levadura


PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180º y elegimos las cápsulas, como disfruto este momento tardo unos minutos y me decido por unas de colores que he comprado en Ikea. Estos cupcakes quedan muy blanquitos y el colorido le irá bien :)
Derretimos el chocolate blanco con la mantequilla en el microondas, en apenas 30 segundos estará listo, batimos un poco con una cucharilla y el chocolate cogerá el punto bueno. Lo reservamos.
En un cuenco grande batimos la leche condensada con las varillas eléctricas un par de minutos, esponjará con el aire y los cupcakes también. Añadimos un huevo y seguimos batiendo, cuando esté integrado añadimos el segundo y batimos otro poco más. Ahora sumamos la mezcla de mantequilla y chocolate blanco y terminamos de batir, otro minuto.
Tamizamos la harina y la levadura, mezclamos con lo anterior ayudándonos de la lengua de silicona, ya sabéis, mezclamos no batimos. Con unas cuantas vueltas girando suavemente será bastante. No tiene que quedar una masa uniforme ni libre de grumos.
Horneamos unos 15 minutos, prueba del palillo y ya podemos morir de gusto por el olor que sale, mamma mia.
En estas fotos están todos preparaditos para viajar a casa de mi madre, los de leche condensada y los de plátano. Qué ejército tan dulce, verdad? Jijijijiji....



Para el frosting azul he montado nata pero, además de añadir el azúcar glas y el estabilizante, he puesto unas gotas de colorante que tenía en la despensa. Ha quedado de este color celeste tan suave, creí que no gustaría mucho pero me equivocaba. A la enfermita le han gustado y al resto, pues también. Me alegro.


Para los que no sean unos maestros montando nata (o sea, como yo hasta el mes pasado) escribo unos pequeños consejos que ya escribí en nuestro blog anterior, pero por si acaso:
400 gr. de nata para montar, debe estar muy fría.
azúcar glas al gusto (no le pusimos más de 50 gr.)
1 sobre de estabilizante de nata*
Para montar la nata todos los utensilios deben estar muy fríos, nosotros los metemos un rato antes en el congelador: los bricks de nata, el cuenco, las varillas…. Empezar a batir hasta que empiece a surgir una espumita en la superficie y la textura cambie, entonces agregar el estabilizante y el azúcar glas. Seguir batiendo siempre con pequeños movimientos arriba-abajo hasta que esté consistente.
*No la encontramos en ningún supermercado, tengo que comprarla por internet.

Cupcakes de plátano


Son las más sabrosas que he hecho, esponjosas y húmedas, las claras ganadoras del día frente a las de chocolate blanco y el bizcocho de limón. Salieron seis cupcakes y han sabido a poco.




INGREDIENTES:
85 gr. de harina
75 gr. de azúcar
1/2 cucharadita de levadura
una pizca de bicarbonato
Una pizca de sal
55 gr. de mantequilla sin sal
1 huevo grande
2 plátanos maduros
una pizca de extracto de vainilla


PREPARACIÓN:
Ponemos el horno a precalentar a 175º y preparamos los moldes y las cápsulas, este momento me chifla porque elijo el modelo de cápsula y el color dependiendo del color resultante del cupcake. Me gusta que resalten los colores, no pondría nunca unos red velvet en cápsulas rojas!
Mientras mezclamos la harina con la levadura, el azúcar, el bicarbonato y la sal, dejando en el centro un hueco a modo de "volcán". Trituramos los plátanos con batidora o con tenedor según gustos, yo prefiero encontrarme los trocitos así que lo he hecho con tenedor en un plato.
Ponemos este puré en el "volcán" de harina junto a la mantequilla derretida, el huevo y la vainilla. Con una lengua de silicona hacemos movimientos envolventes para que todo se mezcle, girando con suavidad. No queremos batir, sólo mezclar.
Ya podemos poner la masa en las cápsulas y meter en el horno unos 20 minutos, ya sabéis que cada horno es un mundo y lo que nunca falla es la prueba del palillo de madera. Luego los dejamos enfriar (mejor si es en una rejilla para que el aire circule por encima y por debajo) y ya podemos decorarlos.
Hoy especialmente quería que me quedaran bonitos, eran para mi madre y me hacía ilusión que a ella le parecieran preciosos además de que le gustara el sabor. La receta del frosting era muy fácil y ya por eso desconfiaba, mal hecho porque no siempre lo difícil es mejor. Y así ha sido. Un frontig rápido y poco complejo que ha quedado estupendo de sabor y así de bonito, os gusta? Como remate le he puesto unas rodajitas de plátano que han quedado como peinetas.


INGREDIENTES DEL FROSTING:
200 ml. de nata líquida 35%MG
150 gr. de chocolate negro o muy negro (como en mi caso)
Rodajas de plátano seco (si no tenéis podéis usar el fresco pero entonces habría que ponerlo justo en el momento de servir porque se pone pocho rápido).
PREPARACIÓN:
Hay que calentar la nata a fuego lento sin dejar que llegue al punto de ebullición, entonces podemos apagar el fuego y añadir el chocolate troceado. Removemos con energía hasta que se derrita completamente. Dejamos enfriar en el frigorífico y batimos hasta que sea una crema, yo esta mañana no tenía tiempo de montar y limpiar las varillas por eso en el mismo cazo le he dado vueltas unos minutos con una cuchara. Preparamos la manga pastelera y, a decorar!
Otro día os contaré un truco que me enseñaron hace poco para que utilizar la manga sea más cómodo.
¡Que lo disfrutéis!

Mi madre, la familia y los cupcakes

Ayer mi mami pasó por la ITV y, aunque la han dejado en el hospital un poco dolorida, ya la tenemos en casa y con un pie precioso :) Hoy se ha reunido toda la familia en su casa para darle muchos ánimos y hacerle compañía. No ha faltado nadie: mis padres, mi hermano, mis abuelos, mis tíos, mis primos, Tano y yo. Y cómo no....los cupcakes!! A ella le encantan los de leche condensada y los he preparado esta mañana en su honor, y además he querido probar una receta nueva de plátano. La receta de los primeros es de Sugar Mur, y la de los segundos de Dulces Bocados. Confieso: exquisitos.
He probado unos nuevos frosting y, para ser mi asignatura pendiente la verdad es que han quedado muy monos. Como os podéis imaginar a mi familia le han parecido perfectas, claro, sobre todo a mi madre. Si es que madre sólo hay una!
Pues eso, todo el mundo comiendo cupcakes, las recetas las pongo en las dos entradas siguiente.

Cuentos sin cuentos

Había oído hablar de Begoña Ibarrola en un trabajo que tuve cuando me licencié y por casualidad en una librería encontré algunos de sus cuentos, sencillamente me encantaron. Ella es psicóloga, terapeuta, forma al profesorado, experta en musicoterapia, y autora de los maravillosos cuentos para sentir. Entre otras cosas más.
Parto de la base de que soy una defensora de los cuentos de todo tipo, de los de toda la vida, de los populares, de los literarios, de los fantásticos, de los que se basan en leyendas, de los costumbristas, pero sobre todo de los que enseñan. En éstos Begoña es especialista.
Si pudiérais leer sus cuentos infantiles sobre la envidia, la culpa, la alegría, la confianza en uno mismo... con ellos los niños aprenden a manejar sus emociones, a sentirlas, a aceptarlas, etc. Son maravillosos.
Unos meses más tarde y, otra vez por pura casualidad, conocí a su marido Santiago en casa de un familiar y disfrutamos de una merienda muy especial. Él es encantador y, como estaba en confianza, se mostró tal como es y nos habló de Begoña y de su trabajo; todavía me enganchó más. Él colabora en la ilustración de los cuentos y nos contó cómo una idea se transforma en libro. Éstos son cultos, sensibles, naturales, espirituales, didácticos y respetuosos. Quizás algún día pueda conocer a Begoña y tenga la suerte de compartir también mesa con ella! Prometo contarlo.
Ahora estoy intentando conseguir todos sus Cuentos para Sentir, mis niños y yo aprenderemos mucho con ellos, seguro.
Si os apetece podéis saber más de ella en su blog: http://www.begoñaibarrola.es/index.html

domingo, 20 de febrero de 2011

Leer

Junto con el chocolate es mi vicio, me engancho con un libro y ya no paro hasta que lo termino, aunque me den las seis de la mañana! Tano es el que lo sufre porque tiene que dormir aguantando mi lamparilla de la mesita de noche encendida.
Como no somos millonarios no puedo comprarme todos los que me gustaría así que compro las ediciones de bolsillo, voy a las librerías en rebajas, los pido prestado (y los devuelvo, eh?), los intercambio... Sin embargo no pido que me los regalen porque no me gustan todos los estilos, me da apuro que alguien me compre uno pensando en que lo leeré y luego no sea capaz de pasar de la página 10. Mis padres son los únicos que lo hacen porque me conocen requetebien y saben con exactitud que lo leeré.
Ahora estoy leyendo uno que tengo desde hace unas semanas, tenía ganas de empezarlo pero no había podido. Ya sé que la temática está muy trillada pero a mí me sigue interesando siempre que no haya sucesos imposibles encadenados, ni esté basado en hipótesis descabelladas.


Me está gustando, excepto algunas páginas lentas del principio me tiene bastante intrigada. He tardado en entrar en calor pero ya he cogido carrerilla, me da coraje tener que madrugar mañana porque me va a tocar dejarlo a medias!! Copio parte de la sinopsis para que tengáis una idea de qué trata:
"Claudia Ugarte comienza a sospechar que la desaparición de su ex pareja, encubierta dos años atrás, no sólo no es coherente con su carácter sino extraña y con múltiples lagunas. Preocupada por la suerte de su antiguo amante, comienza a indagar en el trabajo que éste, historiador, estaba realizando antes de su supuesta partida, un estudio sobre la pervivencia de símbolos en diferentes edificios de Madrid que podrían remitir a una filosofía gnóstica surgida en la Edad Media.
En esta novela se aprovecha el potencial de Madrid y sus misterios. Gran conocedor de sus calles, locales, historias y secretos, León Arsenal saca partido a la ciudad para hacer de ella un entorno mítico y novelesco, hará ver al lector la ciudad de un modo nuevo y diferente, mágico y literario. La percibirá con sus ojos diferentes. Arsenal nos muestra aspectos y lugares conocidos y que hasta ahora nos habían pasado desapercibidos, nos descubrirá símbolos, edificios, cementerios; en definitiva lugares que hoy día existen y que se pueden visitar."

Estamos de estreno

Como algunos ya sabéis hemos cambiado de blog, estrenamos nueva imagen con "un pan bajo el brazo" :)Teníamos ganas de hacer de panaderos, y más desde que tenemos el súperhorno. Hace unos días me topé con una receta facilísima de bollitos y, en cuanto le enseñé a Tano la foto de cómo quedaban decidimos que este fin de semana probábamos a hacerlos. Y qué ricos han salido! El Departamento de Calidad ya los ha catado, claro. Ñam, ñam… Como ya sé de una que quiere la receta, ahí va:


INGREDIENTES:
280 ml. de agua
15 gr. de levadura fresca (se compra en cualquier supermercado, en la zona de las mantequillas)
30 gr. de mantequilla derretida
500 gr. de harina de fuerza
5 gr. de azúcar
10 gr. de sal


PREPARACIÓN:
En primer lugar ponemos el agua en un cuenco grande y la templamos en el microondas para poder diluir la levadura fresca, nosotros la hemos puesto 50 segundos. Cuando el agua se vuelve blancuzca y la levadura se ha disuelto completamente incorporamos la harina, en ella hacemos un volcán pequeñito en el que echamos la mantequilla derretida y la sal. Luego el azúcar.
Y llegó el momento de “enguarrinarse”!!! Nos encanta meter las manos en la harina, mover los dedos, presionar… Es nuestra terapia, relaja y nos resulta divertido. Cuando ya está todo más o menos pegado sacamos la masa del cuenco y la amasamos con energía sobre una superficie lisa y limpia. Debe quedar una masa uniforme y suave. Si estuviera pegajosa habría que añadirle pequeñas cantidades de harina hasta que dejase de estarlo.



La bola de masa la volvemos a meter en el cuenco, poniendo en el fondo de éste un poco de harina para que no se quede pegada. Tendremos que taparla con un paño y esperar 30 minutos, podéis aprovechar para pensar con qué comeroslos!! Pasada esta media hora veréis como ha crecido… ya huele bien y todavía no está en el horno.


Ahora debemos partir la bola de masa en cuantos panecillos queramos, dependiendo del tamaño que nos guste. Nosotros la hemos dividido en seis partes prácticamente iguales, cada uno ha hecho de sus tres panecillos la forma que ha querido. Tano los quería triangulares y yo alargaditos y con forma redondeada, como los de la panadería!


Hay que dejarlos reposar una hora, bien colocaditos sobre la rejilla del horno a la que hemos puesto papel vegetal, también hay que taparlos con un paño limpio. Cuando falte un cuarto de hora para el fin del reposo podemos poner el horno a precalentar a 250º poniendo dentro un recipiente con agua lo que hará que el horno se llene de vapor. Pasados los 60 minutos podéis hacer los cortes y pintar los bollitos con aceite de oliva del bueno usando la brocha de silicona. Bajamos el horno a 230º y metemos los bollitos dentro, sin sacar el recipiente de agua. Nosotros hemos puesto debajo de la rejilla la fuente de horno con un recipiente de barro y un dedo de agua.



En unos 15 minutos ya están cocidos y doraditos y…vaya olor tiene la casa!! Impresionante, me ha recordado la época en que yo estaba en tercero de primaria (antes EGB) y con mi hermano iba andando al cole del pueblo, pasando todas las mañanas por la puerta de la panadería. Qué panes tan perfectos hacían, bueno, y siguen haciendo!
A lo que interesa: pasados los 15 minutos les hemos dado la vuelta para que también se doren por abajo. Los hemos dejado cuatro minutitos más y llega el momento de hincarles el diente! Han quedado crujientes por fuera y tiernos por dentro, con una masa consistente tal como nos gustan.



Jajajajajaja! No da tiempo a que se enfríen cuando ya les hemos arrancado un pellizco!! Riquísimos, de verdad. Queríamos hacer pan y estos no nos han defraudado así que repetiremos, sencillos y sabrosos.
Esta noche mi amiga de toda la vida y su marido nos han invitado a cenar, nos llevaremos estos panecitos con un buen foie para disfrutarlos todavía más. Ojalá les gusten!