viernes, 25 de febrero de 2011

La casa del almendro

Lo plantamos cuando nos casamos así que lleva con nosotros dos años, llegó y era una vara pelada, sin hojas, ni flores, ni almendras ni ná. ¡Y mirad cómo está ahora!


¿A que está precioso? Agradecido al sol que ya empezamos todos a disfrutar está floreciendo, cada día le salen brotes y flores nuevas. Cuando volvemos a casa lo vemos en la puerta, tan bonito, no podemos evitar mirarlo unos instantes antes de entrar. Ayer llegué, fui para la puerta, saqué la llave, lo miré y pensé: "estás muy bonito pero... ¿dónde están las almendras?" :)
Para que además de nuestros ojos disfruten de él nuestras papilas gustativas tendremos que esperar, no importa.

1 comentario:

  1. Me encanta el almendro en flor, pero las almendras frititas y con sal no te digo ná

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