Una cena de sábado tranquila después de 6 días de trabajo, atascos, almuerzos fuera de casa y demás obligaciones. Necesitábamos desconectar: no más reuniones, ni nada de publicidad, ni nada de niños, ni nada de gabinete, ni nada de nada.
El frigorífico estaba lleno porque acabábamos de hacer la compra, lo abrimos y nuestra vista se fue directa al medio kilo de langostinos cocidos y al paquete de pasta filo, ¿qué hacemos con esto? Y a Tano se le ocurrió hacer bolsitas con un relleno que para nosotros es infalible: langostinos y gulas al ajillo.
INGREDIENTES para dos saquitos:
8 hojas de pasta filo,
2 paquetes de gulas,
12 langostinos cocidos y pelados,
3 dientes de ajo,
1 pimienta cayena,
bechamel,
mantequilla,
1 yema de huevo.
PREPARACIÓN:
Doramos en la sartén los ajos picados y la cayena, incorporamos las gulas y una pizca de sal. Cuando estén templadas añadimos los langostinos y un poco de bechamel para que estén más jugosos.
Mientras se templa el relleno vamos elaborando las bolsitas de pasta filo. Derretimos mantequilla y, utilizando dos cuencos medianos, vamos colocando hojas de pasta filo pincelándolas de mantequilla: colocamos la primera, pincelamos, colocamos la segunda, pincelamos... De esta forma se hidratarán y quedarán flexibles para poder ir dándoles forma. Una vez colocadas 4 hojas en cada cuenco (ya pinceladas) podemos echar el relleno templado, no caliente. Ayudándonos de unos palillos de dientes o de un trozo de cuerda (he usado la que tengo en la cocina para el lomo relleno o la carne mechada) cerramos los saquitos y los pincelamos con yema de huevo batida.
Se han horneado 15 minutos a 180º y ya véis qué pinta, ¿no? Pues de sabor ni os cuento, exquisitos. Una cena distinta, unas velitas, una charla divertida, unas risas... ¡justo lo que nos hacía falta!
Buenas noches.
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