Minitartitas de dulce de mantequilla

Cuando empieza un mes, sabemos que está a punto de salir un nuevo reto de cocina. Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de noviembre nos invita a preparar una masa básica de pastelería: pasta sablé o masa quebrada. Lo de "quebrada" me temía que iba a tener truco y daba la sensación que era así justamente como quedaría mi aportación este mes. ¡Pues no!

INGREDIENTES para la masa:

90 gr. de harina,

50 gr. de mantequilla muy fría,

3 cucharadas de agua.

INGREDIENTES para el relleno de dulce de mantequilla:

90 gr. de azúcar moreno,

15 gr. de mantequilla,

90 ml. de leche,

15 gr. de harina,

gotas de esencia de vainilla,

1 yema de huevo.

INGREDIENTES para el merengue:

2 claras de huevo,

2 cucharadas de azúcar blanca.

PREPARACIÓN:

Empezamos tamizando la harina en un cuenco y mezclándola con la mantequilla usando sólo los dedos hasta que parezcan migas de pan. Formamos un hueco en el centro y agregamos el agua, unimos todo con la pala de un cuchillo o espumadera cortando la masa, girando el cuenco con la otra mano. Debe quedar compacta. Recogemos con cuidado el resultado y lo colocamos sobre un papel parafinado, formamos una bola presionándola pero sin amasar, procurando hacer pocos movimientos. 



Aplastamos para dar forma de disco, envolvemos en papel transparente y dejamos reposar en el frigorífico unos 20 minutos. Pasado este tiempo colocamos el disco entre dos hojas de papel parafinado y lo extendemos con el rodillo yendo desde el centro hacia los bordes, no de delante a atrás. Pinchamos con un tenedor y volvemos a refirgerar otros 20 minutos.

Engrasamos los moldecitos y disponemos la masa extendida en ellos, sobre esta masa ponemos papel parafinado y legumbres secas que hagan peso (en nuestro caso han sido garbanzos). Hornear a 180º unos 30 minutos y dejar enfríar.

Mientras, vamos elaborando el relleno para lo que calentamos a fuego lento en un cazo la harina y el azúcar, añadiendo poco a poco la leche batiendo con varilas paa que todo se unifique. Agregamos la mantequilla y seguimos removiendo unos minutos hasta que haya espesado. Entonces apartamos del fuego y añadimos la yema de huevo y la esencia de vainilla, removemos bien y disponemos dentro de los moldes.

Montamos la claras a punto de nieve aladiendo el azúcar gradualmente hasta que queden espesas. Las ponemos sobre la crema de mantequilla y volvemos a meter en el horno durante el tiempo suficiente para que el merengue esté dorado.

Desmoldar con cuidado (nosotros no tuvimos mucho problema porque nuestros moldes son pequeño y flexibles) y serbir a cualquier temperatura, aunque como más me gustan a mí es a la ambiente que en esta época del año ya es bastante fresca.

Nos ha encantado la masa, sobre todo porque no le pusimos azúcar y ha suavizado el sabor general de las tartitas. El relleno nos ha gustado también por su parecido con el toffee aunque para otra ocasión elegiremos otro algo menos empalagoso. Lo que siempre es un acierto es el merengue, sobre todo desde que en las luchas entre las claras de huevo y yo gano yo., jijiji...

Con las sobras de pasta sablé hemos vuelto a hacer una bola y hemos realizado la elaboración desde el principio y, mientras se horneaban estas tartitas, otras de tipo salado iban tomando forma. En breve os las enseñaremos.