Flanes de tomatitos cherry y pesto

Hasta que no me comentaron la receta no nos habíamos planteado preparar flanes salados, habitualmente comemos flan porque Tano es un amante declarado del de huevo, y aunque los hemos probado según distintas recetas siempre han sido dulces.

La idea me la dieron en una reunión de amigas y me puse a investigar y la receta más fácil y con más buena pinta era ésta de Nestlè TV. En un santiamén teníamos los ingredientes preparados porque son los que casi todos tenemos por casa, y si no es así pues admite mil variantes y podéis modificarlos.

En la receta que vi no aclaraban muy bien las cantidades así que paso a detallaros los INGREDIENTES que nosotros hemos utilizado para que salgan 6 flanes pequeñitos:
4 huevos,
1 brick pequeño de nata líquida para cocinar,
6 cucharadas de pesto ya preparado,
6 tomatitos cherry (alguno más si los vais a usar para decorar),
1 buen puñado de queso rallado (hemos usado uno emmental muy rico que nuestra Thermomix ha rallado en cero coma),
aceite de girasol o mantequilla,
6 moldes de flan (si no tenéis podéis prepararlo en cualquier otro recipiente),
sal.

PREPARACIÓN:
En un plato colocamos los tomatitos cherry lavados y cortados por la mitad, les ponemos un poco de sal y esperamos unos minutos para que suelten el agua. Mientras en otro recipiente batimos bien los huevos y les añadimos la nata, volvemos a batir y corregimos de sal. Después agregar el queso rallado y remover para que se reparta por toda la mezcla.
Engrasaremos con aceite de girasol o mantequilla los moldes, disponemos en el fondo una cucharada generosa de pesto, dos mitades de tomates cherry y rellenamos con la mezcla de huevo, nata y queso.

Con cuidado colocamos las flaneras en la bandeja de horno, el cual estará previamente precalentado a 200º, y con ayuda de una jarra cubrimos unos 2 cm. todo el fondo con agua caliente. Las horneamos al baño maría unos 20 minutos o hasta que estén cuajados.
Pasado este tiempo sacamos con mucho cuidado y dejamos templar, entonces será cuando podremos desmoldarlos metiendo la punta de un cuchillo por los bordes.
Son fantásticos para cenar porque se hacen rápido y, dependiendo del queso que pongáis, puede ser un plato ligero. Los hemos acompañado de una ensalada con poco aliño y... ¡Ya no queda ninguno!