Días familiares en las fiestas del pueblo, muchas risas, mucho calor y sobre todo, muchísima comida. Este pastel frío de mi tía hizo las delicias de los amantes de las verduras, de sabor fantástico y textura ligera. ¡Me encantó! Ella, la reina de los pistos caseros de verduras y de las tostadas francesas, me ha regalado la receta para que la comparta con vosotros.
Es un plato suave, fresco y sano que ayuda a cuidar la linea, no lleva aceites ni grasas favoreciendo las digestiones rápidas que tanto se agradecen en verano.
INGREDIENTES:
3 berenjenas,
3 huevos frescos,
1 cebolla grande.
PREPARACIÓN:
Troceamos y cocemos las berenjenas (en olla exprés son 5 minutos), las reservamos mientras escurren. Si es necesario las vamos presionando en el colador para que suelten toda el agua absorvida. Sofreír la cebolla picada y batir los huevos.
Mezclamos todos los ingredientes con una varilla, ésta nos ayudará a deshacer un poco la berenjena que dará la textura buscada, y damos el punto de sal. Enmantequillar un molde tipo plumcake y volcar en él la mezcla. Hornear a unos 180º durante 40 minutos o hasta que veáis que está cuajado.
Esperar a que se enfríe y desmoldar con cuidado. Servir cortado en láminas gruesas y acompañar de lechuga picada y mayonesa. Nosotros al ser muchos lo emplatamos con hojas enteras de cogollos que facilitaban su servicio, para comerlo se colocaba sobre la hojita un trozo de pastel, se bañaba con un poco de mayonesa y... ¡hala! Un par de mordiscos y para adentro.
¡A disfrutar!
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