"Parrozzo".

En entradas pasadas ya comenté la suerte que tuve hace unos años cuando me concedieron una beca Erasmus y pude hacer el último curso universitario en Italia. Allí viví en una pequeña ciudad cercana a Roma, desconocida para los turistas, preciosa por su arquitectura y localización, y maravillosa por su gente. Lo que sale en la foto son las vistas desde la que fue mi casa: el Parque del Sol, casitas con chimeneas humeantes, grandes montañas nevadas...

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L’Aquila es una joya medieval en medio de Los Apeninos que, el 6 de abril de 2009 sufrió el increíble golpe de la naturaleza. Fue el epicentro de un terrible terremoto que provocó muchas muertes, muchísimos heridos y que la echó abajo. Quizás por estos datos recientes sí hayáis oído hablar de ella.

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Pero no quiero ponerme triste, vamos con la receta!! Era un pan típico del Abbruzzo (región de la que L’Aquila es capital) que se comía en el campo, y que en los últimos tiempos se ha convertido en una receta dulce consumida especialmente en Navidad. Ya sé que todavía es tiempo de sombrilla y toalla extendida en la arena pero es que tenía un antojo irrefrenable de Parrozzo.

Es de textura densa y poco esponjosa, pareciéndose más a una torta que a un bizcocho. Esta es la primera vez que lo hacemos, y cada bocado me ha llevado a respirar el aire fresco y limpio del Gran Sasso. Los INGREDIENTES son:
200 gr. de chocolate de cobertura,
100 gr. de azúcar glas,
80 gr. de mantequilla,
100 gr. de almendras molidas,
2 cucharadas de fécula de patata (podéis sustituirla por maizena),
100 gr. de harina,
5 huevos.

PREPARACIÓN:
Separamos las claras de las yemas de los huevos y batimos las últimas con la mitad del azúcar hasta obtener una crema espumosa. A esto le añadimos la harina, la fécula de patata y la almendra. Mezclar bien y agregar la mantequilla derretida.
Montar las claras a punto de nieve e incorporarlas a la masa anterior, volcamos el conjunto en un molde desmontable previamente enmantequillado. Alisamos la superficie y horneamos a 200º unos 20 minutos, aunque dependerá del grosor de molde.
Pasado este tiempo cubrimos el molde con papel de aluminio y horneamos otros 5-10 minutitos más. Desmoldamos con cuidado y enfriamos sobre una rejilla. Cubrir con el chocolate y trazar ondas con ayuda de un tenedor.
Nosotros, para dar un toque distinto, hemos horneado la masa en dos moldes y, una vez desmoldados y enfriados, los hemos superpuesto poniendo una capa del chocolate que tenemos preparado para la cobertura entre ambos.
El pie de tarta es un regalazo de mi madre ¿no es fantástico? Delicado, de cerámica azul celeste y detalles de lunares de distintos tonos, una maravilla de Laura Ashley.




“Sono pietra che trema ancora
qhe cosa resta di te
e che cosa di me
L’Aquila bella mia.
L’Anime Sante e il Duomo arresi
facce di storia per sempre sfregiate
è notte vera adesso e io… non ti perdo
L’Aquila bella mia."

(Antonio Lera).