¡Victoria! Nuestro primer brioche acaba de salir del horno, tierno, esponjoso, calentito, ¡perfecto!
Qué ilusión me hacía estrenar mi flamante panificadora, regalo de mi madre. Nos enteramos que se ponía a la venta en Lidl por uno de los blogs gastronómicos que más sigo, Kanela y limón. Y qué maravilla, la verdad, de uso nada complejo y quita mucho trabajo cuando queramos elaborar cualquier tipo de masa.
No queríamos estrenarla con pan sino con brioche, una masa exquisita, fina y dulce. Tiene origen francés hecha a base de huevos, harina, leche, levadura y mantequilla. ¡Y mantequilla! Hay algo más rico en este mundo que la mantequilla derretida... ¡Nunca hay suficiente mantequilla! Cómo bien dicen en la peli Julie y Julia (espero que la hayáis visto, me gustó mucho).
Esta mañana de domingo sólo ha habido que encender la panificadora, poner dentro los ingredientes y esperar a que ella haga su trabajo. Vamos a comentarlo con imágenes que siempre es más clarificador. Empezamos con la receta.
INGREDIENTES:
350 gr. de harina de fuerza
125 ml. de agua
60 gr. de azúcar
pizca de sal
40 gr. de mantequilla en pomada
20 gr. de levadura fresca
1 pelín de esencia de vainilla
1 huevo más 1 yema (para pintar los bollitos)
PREPARACIÓN:
Pasamos un paño húmedo y limpio por la cubeta, colocamos las palas en su sitio y empezamos con los ingredientes.
Atemperamos la leche en el microondas y disolvemos en ella la levadura, colocamos el resultado en la cubeta de la panificadora. Después incluimos el agua, el huevo batido y la mantequilla.
Pesamos la harina y la ponemos dentro, luego el azúcar y la sal. Es importante que la sal y la levadura no se pongan en contacto, si lo hacen no subirá como debe.
Y como si fuéramos magos: ¡abracadabra! Seleccionamos el programa 7 (masas) y ella nos ahorrará el tiempo y el esfuerzo de amasar durante 15 minutos. Dejará una masa brillante y elástica, si la veis muy pegajosa tendréis que poner un poquitín más de harina y amasar unos minutos más.
Alucinante, quiero a esta máquina!! :) Ponemos la preciosa masa resultante en un cuenco engrasado con aceite de oliva y la tapamos. Precalentamos el horno a 50º, lo apagamos y metemos la masa dentro para que leve más rápido. Nosotros la hemos dejado una hora y media y ya había doblado su tamaño.
La hemos puesto sobre la encimera enharinada del jardín, la hemos cortado en pequeñas piezas de unos 50 gramos y el resultado son unos bonitos y redondo bollitos. Los hemos pintado con yema de huevo batida y se han horneado a 180º unos 12 minutos.
Ay qué bien huele todo, ha llegado el olor hasta el jardín, seguro que ha saltado la valla, los cipreses y está entrando en casa de mis vecinos... Me los quiero comer ya! Los he partido con las manos, ha subido el calor hasta mi cara, he sacado la mermelada de naranja y ¡ham! Le he dado un mordisco caliente y jugoso. Tano le ha puesto crema de chocolate y se ha terminado uno en menos de un minuto.
Cualquiera almuerza ahora... camarero ¡otro brioche!
Yo también estoy enamorada de mi pani, al principio la tenía guardada en un mueble de la cocina y la sacaba cada vez que la iba a usar, pero ya me cansé y la dejé fuera en un lugar privilegiado. Desde luego este brioche se ve delicioso, me encantan!
ResponderEliminarUn besito.