sábado, 24 de marzo de 2012

Pizza... ¿cuatro quesos?


Sabéis que nos encanta meter las manos en harinas, por eso cuando hacemos pizza solemos elaborar nosotros mismos la masa. Sin embargo, para los días que llegamos tarde o estamos más perezosos, compramos a veces pizza fresca de cuatro quesos y la tuneamos en casa.


Esta vez el "tunning" tenía un protagonista, unos huevos de doble yema que me ha regalado Matías, un compañero de trabajo. He de decir que del manjar que vais a ver no soy yo la artífice, ni siquiera la pinche de cocina, Tano se metió en la cocina y salió ya cuando el horno pitó indicando el final.


INGREDIENTES para dos personas:
una pizza fresca cuatro quesos,
4 cucharadas generosas de tomate frito casero,
1 cebolleta,
1 pimiento verde,
4 lonchas de fiambre de pavo,
queso emmental rallado,
3 ramas de orégano fresco,
2 huevos (o uno de doble yema),
aceite aromatizado con guindilla hecho en casa.


PREPARACIÓN:
Sobre la pizza extendemos con una cuchara el tomate frito, sobre él disponemos la cebolleta picada, el pimiento también picado y limpio y las lonchas de pavo cortadas a tiras.
Espolvoreamos el queso emmental por encima y metemos en el horno a 180º sobre una lámina de papel sulfurizado, en las rejillas no en la bandeja. Así se tostará también por debajo.
Mientras, separamos las claras de huevo de las yemas, reservando estas últimas. Cuando la pizza empieza a dorarse abrimos el horno y, con cuidado, echamos sobre ella las claras de huevo batidas. Cerramos el horno lo más rápidamente posible.


Cuando las claras ya se han cuajado entonces volvemos a abrir el horno, esta vez para colocar con cuidado las yemas (a nosotros se nos rompió una!!). Cuando lo cerréis apenas tendréis que esperar un par de minutos si las queréis líquidas, se calientan rápido.
Ya en la mesa y en el momento de servir, se le pone por encima unas gotas de aceite de guindilla que le da un pequeño golpe de fuerza y de sabor. Está tan bueno cuando mojas los bordes de la pizza... Si no os atrevéis siempre está la posibilidad de colocar la aceitera en la mesa y que cada comensal se ponga la cantidad de quiera.
Siempre es una gozada comerse un plato recién hecho pero si encima es un pan, un bizcocho o una pizza... ¡¡Mejor!! :-)

¡Gracias Matías!

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