sábado, 31 de marzo de 2012

Magret de pato con torta del casar y espárragos verdes


Cómo nos gusta los fines de semana sentarnos a la mesa con nuestros platos, nuestras dos copas de vino, una fuente de carne limpia y fileteada, y la plancha bien caliente. Disfrutamos de los filetitos recién hechos ya que el resto de días comemos en el trabajo por lo que es comida calentada que hemos preparado con anterioridad. ¡Tirando de "tuperguares" y congelador!


Por eso hemos escogido un magret de pato, carne que asociamos a ocasiones especiales, que es poco grasa y muy jugosa y queda magnífica sólo con un golpe de calor fuerte. Podríamos haber preparado una salsa de vino dulce tipo PX, o de frutas rojas pero nos hemos decantado por acompañarla de queso. ¡Es que la torta del casar está tan buena!
Para dos personas se han utilizado estos INGREDIENTES:
1 magret de pato,
1 manojo de espárragos verdes,
queso torta del casar,
sal gorda y
pimienta molida.


PREPARACIÓN:
Los espárragos verdes tenemos que lavarlos y cortarles unos centímetros de la base para quitarle así la parte más dura. Los reservamos.
El magret suele prepararse con su grasa pero a Tano no le hace mucha gracia y se la hemos cortado pero no la tiraremos, se trocea y se utilizarán más tarde. De la carne ya limpia se hacen filetes no muy finos para que después no queden duros.


Ya en la mesa y mientras os vais sentando colocamos y enchufamos la plancha tipo Princess a fuego medio-alto, sobre ella ponemos 3 ó 4 trozos de la grasa del pato y dejamos que el calor la vaya deshaciendo. Engrasamos toda la superficie de la plancha, disponemos en primer lugar los espárragos y echamos sal gorda por encima generosamente. Unos minutos más tarde ya podréis ir poniendo los filetes de pato.
Nos gusta hacerlos a fuego fuerte porque los deja dorados por fuera y poco hechos por dentro. En el momento de darles la vuelta para que se hagan por el otro lado es cuando les echamos la sal, una cucharada de queso que se fundirá con el calor y el golpe de pimienta.
Los trozos de grasa se irán consumiendo por lo que seguramente tendréis que poner alguno más, harán que tanto la verdura que elijáis como la carne no se sequen.


Cada cual pone su filetito cuando quiere, se pone la cantidad de queso que le apetece y se aparta espárragos cuando piensa que están en su punto. Eso es lo bueno de esta comida que, como ocurre con las fondue, cada comensal puede comer a su ritmo y aderezar su plato a gusto personal.
¡Por no hablar de que está todo recién hecho! Eso sí que es un lujo para nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario