sábado, 1 de octubre de 2011

Magdalenas de leche merengada


La leche merengada es un sabor de mucho éxito para casi toda la familia, y ya me habían dejado la petición en el "buzón de sugerencias magdaleniles" en más de una ocasión. Durante la semana me entró el gusanillo y aquí están, muy chulitas ellas porque se saben requetedeseadas, pavoneándose por la cocina con su glasa y todo.


INGREDIENTES para 12 unidades:
70 ml. de leche,
4 cucharadas de leche condensada,
media ramita de canela,
cáscara de limón,
unas gotas de esencia de vainilla,
100 gr. de azúcar,
4 huevos,
una pizca de sal,
200 gr. de harina,
1 cucharadita de levadura,
70 ml. de aceite de girasol,
ralladura de medio limón,
canela molida,
azúcar glas,
zumo de medio limón.

PREPARACIÓN:
Comenzamos por la leche merengada para lo que llevaremos a ebullición en un cacito la leche, la leche condensada, la piel del limón y la ramita de canela. Movemos y cuando empiece a hervir retiramos y dejamos templar.
Separamos las claras de huevo y, en un cuenco grande, batimos las yemas con la mitad del azúcar y añadimos la leche merengada a temperatura ambiente pasada por el colador. Además echamos la ralladura del limón y canela molida al gusto. Después vamos adjuntando la harina y la levadura bien tamizadas, para luego poner el aceite poco a poco.


En otro cuenco montamos las claras a punto de nieve, ayudándonos de las varillas eléctricas y de una pizca de sal. Les añadimos el resto del azúcar y batimos otro par de minutos.
Mezclamos el contenido de los dos cuencos intentando que las claras no se bajen, para eso usaremos una lengua de silicona y la moveremos lentamente haciendo giros. La masa resultante la disponemos en las cápsulas de papel y las horneamos a 180º unos 20 ó 22 minutos.


Mientras vamos preparando la glasa: exprimimos medio limón y vamos echando azúcar glas hasta que tenga una textura densa, casi como si fuera caramelo. Nosotros hemos tenido que poner casi una taza entera. También le hemos puesto un pelín de canela molida, para que suavice el sabor fuerte del limón.
Cuando las magdalenas estén frías ponemos una cucharadita de glasa por encima de cada una, bien la disponéis en el centro o bien pasáis la cuchara por encima haciendo eses para que queden rayadas.


Han quedado riquísimas, con un olor que recuerda muchísimo a la leche merengada que se bebe y un sabor encantador a limón y canela, ¡espero que gusten! Han resultado muy suaves en cuanto a dulce se refiere, si lo preferís podéis aumentar un poco la cantidad de azúcar en la masa, también resultarán estupendas.

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