Ayer estaba en sesión con una niña de cuatro años con autismo que raras veces se conecta con lo que le rodea, apenas mira a los ojos a las personas que estamos a su lado y lo que más le gusta es hacer rodar cualquier objeto esférico.
Cazalla de la Sierra, Sevilla. |
Durante los minutos de relajación bajé la intensidad de las luces, nos reclinamos en la colchoneta y le puse una canción que reproduce los sonidos naturales de una montaña. Y fue pasados unos instantes cuando la magia se produjo: buscó mi mirada y la mantuvo más tiempo del que nunca la he visto mirar a nadie. Después volvió a su mundo y me dejó sola de nuevo, yo continué moviendo la sabanita sobre su cabeza con el objetivo de relajarla en la mente y con la duda de saber si la canción le estaba gustando o no.
Espero que a vosotros sí, si queréis escucharla picad aquí.
Te oi, te escuche y consegui relajar la mente... ¡Gracias!
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