miércoles, 27 de febrero de 2013

Pechuga de pavo a la lavanda


La protagonista del día es la lavanda, y cómo no iba a serlo si se nos ha puesto el jardín cuajado de esas flores moradas preciosas. Era inevitable no utilizarlas para algo rico y aunque lo que realmente me apetecía era preparar un buen bizcocho teníamos uno recién hecho en casa así que va a tener que esperar....sniff!


Dicen que la lavanda es muy buena para calmar la ansiedad, los nervios, el insomnio y las taquicardias, además de lo bien que huele claro. Será casualidad pero es verdad que yo hoy he dormido de miedo cuando hacía ya días que mi pequeña no me dejaba echar la noche del tirón.


Para 4 personas hemos utilizado estos INGREDIENTES:
4 pechugas de pavo,
4 lonchas hermosas de jamón cocido,
4 lonchas estupendas de queso tierno,
8-10 flores de lavanda,
un vasito de vino blanco,
pimienta negra recién molida,
malla para mechar carne,
aceite y sal.


PREPARACIÓN:
Antes de nada comentaros que es importantísimo dejar macerar la carne de un día para otro por lo que sería bueno que lo tuvierais en cuenta al elaborar esta receta. Y dicho esto comenzamos detallando cómo hacerla.
Cada pechuga de pavo tendremos que convertirla en un único filete, sin importar que no tenga el mismo grosor por todas partes.
Después los extendemos uno a uno y salpimentamos, sobre ellos disponemos las lonchas de jamón cocido en primer lugar y las de queso para terminar. Enrollamos con cuidado e introducimos cada uno en una malla independiente, haciendo un nudito bien prieto por cada lado para asegurarnos de que no se saldrán los jugos más tarde.


En una fuente un poco profunda colocamos los rollitos y echamos por encima el vino, metemos también las flores de lavanda tronzadas con las manos para que suelten aromas y salpimentamos. Removemos todo bien, tapamos con papel transparente de cocina y dejamos reposar en el frigorífico toda la noche, si podemos y nos acordamos los giramos de vez en cuando para que toda la carne entre en contacto con el vinito.


Al día siguiente sacamos los rollitos de pavo del macerado, con papel de cocina los secamos y en una sartén caliente los sellamos exteriormente para que queden "rubios". Precalentamos el horno a unos 185º y vamos preparando una bandeja en la que ponemos un chorrito de aceite de oliva y luego los rollos ya dorados. Si queréis podéis añadir un poco del vino de maceración para que al final quede como salsa de acompañamiento.
Los horneamos a esta temperatura hasta que queden bien hechos por dentro y aumenten de color. ¿No han quedado preciosos?
Antes de servir cortamos con ayuda de una tijera las mallas de cada pechuga para que los comensales puedan comerlos cómodamente. ¡A comeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeer!


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