viernes, 23 de septiembre de 2011

Batido de recuerdos


Esta semana me acompaña a todas partes el primer resfriado de la temporada, no me deja respirar, ni comer y me agota físicamente. ¿También alguno de vosotros estáis así, verdad? A mí en días así lo que me ayuda a recargar pilas es un buen batido.
Este me llena los tanques de energía y además me lleva a un viaje en el tiempo. Cuando era muy pequeña mi familia y yo vivíamos en el pueblo cerquísima de una de mis bisabuelas (sí, sí, he tenido la suerte de conocer a tres de ellas), que a mi hermano y a mí nos preparaba para merendar los días especiales un batido que nunca le veíamos elaborar. Escuchábamos como sacaba el paquete de galletas recién llegado de la tienda, cómo abría la despensa para coger la leche, el sonido de un armarito al cerrarse y... ¡la batidora! Sáltabamos de alegría porque sabíamos qué era lo que venía después. El batido de la abuela J. con su cañita blanca, su olor a vainilla y servido en algo tan práctico como el vaso de plástico de la batidora.


Siempre quise saber qué era lo que llevaba para repetirlo pero ella nunca me lo dijo, hasta que no nos dejó no me enteré. Ahora es difícil hacer uno tan bueno como los suyos o que se le acerquen siquiera porque la marca de galletas que ella utilizaba ya no se vende, ni el tipo de vainilla. Este intento mío es lo más parecido que he conseguido y esta mañana me lo he bebido mientras recordaba lo felices que fuimos en su casa.


INGREDIENTES para un batido:
6 galletas tipo maría (las de mi abuela eran las antiguas Río, ¿os acordais de aquella marca?),
1 tazón grande de leche a temperatura ambiente,
1 cucharadita de cacao en polvo,
1 pizca de vainilla en polvo.

PREPARACIÓN:
Echar todos los ingredientes en el vaso de la batidora, esperar unos minutos a que las galletas se esponjen y batir unos segundos. ¡Servir con una sonrisa!

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